Tres ingredientes para el éxito

Muchos niños latinoamericanos experimentamos la alegría de recibir regalos de familiares que venían de extranjero.

En una ocasión un tío nos visitó desde Estados Unidos y como era de esperarse, nos trajo unos regalos. A mi me dio unos sneakers rojos marca Nike. Yo estaba contentísimo porque no solo eran nuevos sino ¡Nike!, muy pocos tenían esa marca porque eran muy caros.

Red Nike Sneakers 1985

Nunca olvidaré esa vez, ya que yo me los ponía cada vez que regresaba de la escuela. Lo divertido es que eran 3 o 4 tallas más grandes que mi pie. Nunca los usé, solo me los ponía para pararme frente al espejo y apreciar cómo se me veían si me quedaran y me los quitaba y los guardaba.

Yo era muy pequeño para esos sneakers 😔.

Recuerdo que con mis papás decidimos venderlos y con el dinero, comprarme unos de mi talla.

Para que me quedaran debía crecer y faltaba mucho para llegar a esa talla.

Crecer es un proceso natural, en la mayoría de las veces. Pero hay también un crecimiento intencional, uno que se provoca con la práctica, con decidir hacerlo.

Es por eso que, para tu crecimiento personal, te comparto estos 3 ingredientes para tener éxito.

El ingrediente de la conciencia

Sin buscar en el diccionario, cuando pienso en la palabra conciencia lo primero que se me viene a la mente es “entendimiento”. Claro, puede haber muchas connotaciones, ¿tú qué piensas sobre “conciencia”?

Cuando el ser humano entiende su entorno, el cambio sucede. Es decir, es hasta cuando está consciente que las cosas ocurren.

¿Qué pasa cuando vas manejando a una velocidad y “te das cuenta” que conduces por encima del límite de velocidad? Reduces, porque eres consciente de la realidad. Mientras no sabías el límite, simplemente avanzabas a tu criterio.

La conciencia es un límite, un parámetro de conducta; nos dicta cómo debemos comportarnos en una situación específica.

Por el contrario, la inconciencia es la inhabilidad de reconocer los parámetros, que da resultado a comportamientos diferentes a lo que se espera. Por eso, alguien inconsciente de su límite de velocidad puede causar una tragedia al conducir su vehículo.

Pero ¿cómo pasar de un estado de inconciencia a uno de conciencia? Es decir, pasar de no estar al tanto de lo que me rodea a tener presente qué se espera de mi en una circunstancia específica.

Y mi respuesta sería madurez.

Solo el maduro comprende la situación. Tiene la capacidad para evaluar y cambiar. El inmaduro no. Un niño no tiene la capacidad para evaluar los riesgos que representa jugar con un cuchillo, un adulto sí.

Un inmaduro no tiene la capacidad de cambiar su conducta porque quiere lograr su objetivo a como dé lugar, sin importarle los demás; un maduro cambia su conducta para el bien de los demás.

La conciencia debe aplicarse en las relaciones interpersonales; entre parejas, padres e hijos o incluso entre colegas de trabajo y negocios.

El ingrediente de la disciplina

Para mí, la disciplina es el respeto al tiempo. Por ejemplo, si es tiempo de comer, comer, si es tiempo de dormir, dormir. Pero muchas veces ocupamos el tiempo de algo en otras cosas dando como resultado el caos.

¿Has experimentado el caos en tu vida? Quizás lo que te hace falta es disciplina.

Es posible que quieras mejorar tu salud, o aprender otro idioma, lo puedes lograr y para eso necesitas disciplina. Esta hace que las piezas del rompecabezas empiecen a caer en su lugar. La disciplina es orden, y el orden le da sentido a la vida.

Dedícale el tiempo que merece eso que deseas y lo obtendrás, tarde o temprano estarás hablando en otro idioma, o tu cuenta de ahorro tendrá más ceros antes que el punto.

Pero para ser disciplinado, el ingrediente de la conciencia es importante. Si no sabes que estás perdiendo el tiempo ¿cómo vas a ser disciplinado?

El ingrediente de la constancia

La diferencia entre disciplina y constancia son las veces que algo ocurre.

Si aplicas la disciplina solo una vez no habrá cambios, pero si lo haces constantemente verás los resultados. Ser disciplinado en hacer ejercicios 1 día, sí te ayudará, pero hacerlo constantemente por un mes o un año, ¿cómo crees que te verás?

Aplica la constancia a tu salud, a tus finanzas, incluso a tus relaciones con otros y verás la diferencia. Por eso se dice que la constancia vence a la perfección, porque son las veces que hacemos algo lo que nos vuelve expertos. Bien dice el dicho “la práctica hace al maestro”.

¿Te acuerdas cómo te aprendiste las tablas de multiplicar? Repetición. Si las dejaste repetir, es posible que ahora uses tu calculadora para hacer operaciones sencillas.

Así que…

¿Quieres tener éxito?

No hay constancia sin disciplina y no hay disciplina sin conciencia. Con un elemento que falte todo es ilusión.

La conciencia lleva a la disciplina, y esta impulsa a la constancia y esa combinación lleva al éxito.

Déjame en los comentarios tus claves de éxito, o qué regalos recibiste de niño de algún familiar en el extranjero 😊.

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