La incertidumbre y la fe
En una ocasión, un niño le preguntó a su mamá por qué le cortaba la cabeza y la cola al pescado antes de cocinarlo.
«Porque así vi que lo hacía tu abuela» respondió la mamá.
Así que el niño fue con su abuela y le hizo la misma pregunta.
«¿Por qué le enseñaste a mi mamá que al pescado hay que cortarle la cabeza y la cola antes de cocinarlo?»
«Así vi que lo hacía tu bisabuela.»
Así que el niño, fue a donde estaba su bisabuela.
«¿Por qué le enseñaste a mi abuela que al pescado hay que cortarle la cabeza y la cola antes de cocinarlo?»
La bisabuela, con voz delicada respondió: «Le cortaba la cabeza y la cola al pescado porque el sartén era muy pequeño».
Por tradición se nos ha enseñado a no cuestionar lo que dice la Biblia. De hecho, el cristianismo se fundamenta en creer lo que la Biblia dice, por lo que cuestionar su contenido sería absurdo ¿no?
Pero ¿acaso no te has cuestionado lo que allí dice?
Yo sí. Y no porque no crea, sino porque quiero creer con entendimiento; no porque así se me haya enseñado sino porque verdaderamente es mi creencia y no la de alguien más, que adopté por tradición.
Con un grupo de amigos leíamos Hebreos, y al llegar al capítulo 11, vimos la galería de los héroes de la fe. Personas que creyeron sin ver, igual que nosotros, y que alcanzaron la promesa, al igual que nosotros.
Es fácil leer cómo Enoc, Abraham, Moisés y los demás creyeron algo que sintieron en su interior, pero ¿no te ha pasado que en tu interior hay incertidumbre? ¿Será que estas personas no dudaron? Y si dudaron, ¿se habrán sentido culpables como quizás tu y, definitivamente yo, nos hemos sentido?
Analicemos: la Biblia cuenta la historia exitosa de fe de muchos: José y María, Pablo, los apóstoles. Todos actuaron en fe y fueron recompensados por ello. ¿Será que no dudaron? ¿Será que no cometieron errores al creer que era Dios hablándoles y no fue así?
Por eso me pregunto ¿qué es andar o vivir con fe? Y no puedo encontrar otra manera de describirlo que esto: vivir por fe es vivir en incertidumbre. Y podrás pensar que la incertidumbre es contraria a la fe, por lo tanto, es imposible vivir por fe y con incertidumbre.
Pero seamos sinceros, ¿acaso no hemos tenido dudas en nuestra vida cristiana? Y aun así, seguimos creyendo. ¿A caso no hemos cuestionado ciertas circunstancias en nuestra vida? Y a pesar de eso, seguimos creyendo. Nos hemos preguntado ¿por qué yo? …y seguimos creyendo.
Por eso digo, la vida en fe es una de dudas, de cuestionamientos e incertidumbres. Pero lo mejor de todo es que eso no hace que Dios nos condene, ni nos aleje de él. Dios no deja de ser Dios ni nosotros dejamos de ser sus hijos solo porque dudamos. Aun en medio de nuestra falta de fe, Dios nos ama.
¿Y qué de ese versículo que dice que sin fe es imposible agradar a Dios? ¿De verdad creemos que al dudar desagradamos a Dios? Lo más natural del ser humano es dudar.
Yo creo que la vida del ser humano es como un juego de malabares. En una mano tenemos la fe y en la otra la incertidumbre. Hay momentos donde creemos sin dudar y otros donde creemos con dudas.
Así que, si has estado batallando en tu mente con la duda y por eso te has sentido condenado, Romanos 8:1 dice que no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús. Tu duda no le resta poder a Dios. Tu duda no le resta poder al sacrificio de Jesús. La fe ve hacia el futuro, y el futuro le pertenece a Dios. Sigue creyendo.