Un valle, un libro y una promesa

Me recuerdo que yo tenía cerca de 11 o 12 años cuando estaba revisando la biblioteca de mi papá. Encontré un libro con un título que jamás he olvidado.
Es un libro escrito por el famoso pandillero puertorriqueño radicado en New York, Nicky Cruz.
La portada muestra a un Nicky sentado, viendo al horizonte.

Y así me he sentido muchas veces, viendo al horizonte con la mirada perdida. Con la esperanza perdida. Con la fe destrozada.

¿Te ha pasado?

¿Te ha pasado que vas en el vehículo, conduciendo hacia adelante, cuando toda tu vida se siente que se ha quedado atrás?

Quizás porque recibiste noticias devastadoras, o porque vas camino a recibirlas.
Es como atravesar un valle de muerte, donde las colinas de la derecha se unen con las de la izquierda cerrando el paso a la luz, a la paz, a la seguridad.

¿Te ha pasado?

A mí me ha pasado una vez tras otra.

Y cuando eso pasa, debo luchar contra los pensamientos que me invaden y recordar las promesas de Dios. Esa promesa que dice que “aunque pase por un valle de sombra de muerte, tú Dios, estás conmigo”.

Muchas veces debemos atravesar valles que se hacen eternos. Valles de deudas impagables, de relaciones irreparables o de enfermedades incurables. Valles de sentimientos confusos porque no sabemos si estamos tristes o enojados; frustrados o decepcionados.

El 5 de junio del 2012 escribí algo sobre eso. Te lo comparto a continuación:

“Este fin de semana en La Frater el mensaje se trató de cómo enfrentar el sufrimiento. Y de entre todos los puntos tratados el que más tocó mi corazón fue el que se relata en Mateo 26: 36-38.

Jesús está angustiado por lo que se aproxima, la crucifixión. Él sabe todo. Sabe que lo dejarán SOLO, que tendrá que atravesar todo SOLO. Pero eso no lo detuvo para estar solo mientras esos momentos llegaban.

Llamó a sus amigos, les pidió ayuda, consuelo y respaldo. Incluso se confesó con ellos: «Es tal la angustia que me invade, que me siento morir —les dijo—. Quédense aquí y manténganse despiertos conmigo.»

Y es que una de las mejores maneras de enfrentar el sufrimiento es evitar estar solo. Si Jesús buscó ayuda, cuanto más nosotros. Por eso es importante cultivar las amistades y mantener buenas relaciones familiares.

Los mejores amigos se encuentran en la Iglesia, en las células. Pero el mejor amigo es Jesús, de él nunca debemos alejarnos y lo mejor de todo es que Él nunca nos dejará solos.”

Me impresiona que aún Jesús atravesó ese valle.
Pero la promesa dice que Dios está con nosotros.

Así lo dijo Jesús antes de ascender al cielo: “Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.”

¿Estás atravesando un valle? Dios está contigo, pronto terminará.
¿Sientes que estás solo en este momento? Jesús dijo que estaría contigo siempre.

Puede que creer estas promesas requieran sacar fuerzas, de esas que ya no tienes, pero te aseguro que Dios te puede ayudar a creer, a confiar nuevamente. Di como el padre de un hijo atormentado le dijo a Jesús: ¡Ayúdame en mi falta de fe!

Puede que estés como el título del libro de Nicky Cruz, “Solitario, pero no solo.”

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