Esa pregunta me la he hecho por muchos años ya. Y trato de responderla en cada interacción que tengo. Si me preguntan, respondo. Si puedo aportar, lo hago. Porque ¿de qué me sirve el conocimiento si no lo comparto?
Escribo esto un 27 de septiembre del 2024.
Ayer terminé de leer el libro #7 de 8, que me propuse para este año.
Fue una novela de ficción: A veces miento, de Alice Feeney.
Como era de esperarse, el libro de Alice lo leí en menos de 2 semanas. Me cautivó.
Debo resaltar que en el momento más crítico del libro ¡PUM!, un giro inesperado. Tuve que regresar a leer una parte para darle paz a mi mente sobre lo que estaba pasando.
¿Qué necesidad hay de tener estos episodios que alteran nuestro día a día?
Pero nuevamente, qué aburrida sería la vida, la lectura, una relación sin una sorpresa inesperada.
Si prestas servicios o vendes un producto, ¿cómo generas ese WOW Factor en tus clientes?
Si estás en una relación, ¿cómo harás inolvidable la siguiente cita?
La vida da giros inesperados y cuando menos los esperamos.
Nunca perdamos la capacidad de sorprendernos, nunca perdamos la intención de sorprender.
Muchos niños latinoamericanos experimentamos la alegría de recibir regalos de familiares que venían de extranjero.
En una ocasión un tío nos visitó desde Estados Unidos y como era de esperarse, nos trajo unos regalos. A mi me dio unos sneakers rojos marca Nike. Yo estaba contentísimo porque no solo eran nuevos sino ¡Nike!, muy pocos tenían esa marca porque eran muy caros.
Nunca olvidaré esa vez, ya que yo me los ponía cada vez que regresaba de la escuela. Lo divertido es que eran 3 o 4 tallas más grandes que mi pie. Nunca los usé, solo me los ponía para pararme frente al espejo y apreciar cómo se me veían si me quedaran y me los quitaba y los guardaba.
Yo era muy pequeño para esos sneakers 😔.
Recuerdo que con mis papás decidimos venderlos y con el dinero, comprarme unos de mi talla.
Para que me quedaran debía crecer y faltaba mucho para llegar a esa talla.
Crecer es un proceso natural, en la mayoría de las veces. Pero hay también un crecimiento intencional, uno que se provoca con la práctica, con decidir hacerlo.
Es por eso que, para tu crecimiento personal, te comparto estos 3 ingredientes para tener éxito.
El ingrediente de la conciencia
Sin buscar en el diccionario, cuando pienso en la palabra conciencia lo primero que se me viene a la mente es “entendimiento”. Claro, puede haber muchas connotaciones, ¿tú qué piensas sobre “conciencia”?
Cuando el ser humano entiende su entorno, el cambio sucede. Es decir, es hasta cuando está consciente que las cosas ocurren.
¿Qué pasa cuando vas manejando a una velocidad y “te das cuenta” que conduces por encima del límite de velocidad? Reduces, porque eres consciente de la realidad. Mientras no sabías el límite, simplemente avanzabas a tu criterio.
La conciencia es un límite, un parámetro de conducta; nos dicta cómo debemos comportarnos en una situación específica.
Por el contrario, la inconciencia es la inhabilidad de reconocer los parámetros, que da resultado a comportamientos diferentes a lo que se espera. Por eso, alguien inconsciente de su límite de velocidad puede causar una tragedia al conducir su vehículo.
Pero ¿cómo pasar de un estado de inconciencia a uno de conciencia? Es decir, pasar de no estar al tanto de lo que me rodea a tener presente qué se espera de mi en una circunstancia específica.
Y mi respuesta sería madurez.
Solo el maduro comprende la situación. Tiene la capacidad para evaluar y cambiar. El inmaduro no. Un niño no tiene la capacidad para evaluar los riesgos que representa jugar con un cuchillo, un adulto sí.
Un inmaduro no tiene la capacidad de cambiar su conducta porque quiere lograr su objetivo a como dé lugar, sin importarle los demás; un maduro cambia su conducta para el bien de los demás.
La conciencia debe aplicarse en las relaciones interpersonales; entre parejas, padres e hijos o incluso entre colegas de trabajo y negocios.
El ingrediente de la disciplina
Para mí, la disciplina es el respeto al tiempo. Por ejemplo, si es tiempo de comer, comer, si es tiempo de dormir, dormir. Pero muchas veces ocupamos el tiempo de algo en otras cosas dando como resultado el caos.
¿Has experimentado el caos en tu vida? Quizás lo que te hace falta es disciplina.
Es posible que quieras mejorar tu salud, o aprender otro idioma, lo puedes lograr y para eso necesitas disciplina. Esta hace que las piezas del rompecabezas empiecen a caer en su lugar. La disciplina es orden, y el orden le da sentido a la vida.
Dedícale el tiempo que merece eso que deseas y lo obtendrás, tarde o temprano estarás hablando en otro idioma, o tu cuenta de ahorro tendrá más ceros antes que el punto.
Pero para ser disciplinado, el ingrediente de la conciencia es importante. Si no sabes que estás perdiendo el tiempo ¿cómo vas a ser disciplinado?
El ingrediente de la constancia
La diferencia entre disciplina y constancia son las veces que algo ocurre.
Si aplicas la disciplina solo una vez no habrá cambios, pero si lo haces constantemente verás los resultados. Ser disciplinado en hacer ejercicios 1 día, sí te ayudará, pero hacerlo constantemente por un mes o un año, ¿cómo crees que te verás?
Aplica la constancia a tu salud, a tus finanzas, incluso a tus relaciones con otros y verás la diferencia. Por eso se dice que la constancia vence a la perfección, porque son las veces que hacemos algo lo que nos vuelve expertos. Bien dice el dicho “la práctica hace al maestro”.
¿Te acuerdas cómo te aprendiste las tablas de multiplicar? Repetición. Si las dejaste repetir, es posible que ahora uses tu calculadora para hacer operaciones sencillas.
Así que…
¿Quieres tener éxito?
No hay constancia sin disciplina y no hay disciplina sin conciencia. Con un elemento que falte todo es ilusión.
La conciencia lleva a la disciplina, y esta impulsa a la constancia y esa combinación lleva al éxito.
Déjame en los comentarios tus claves de éxito, o qué regalos recibiste de niño de algún familiar en el extranjero 😊.
«¿Qué hay de nuevo?» me dice mi papá cada vez que nos vemos. «Nada ¿y usted?» le contesto. «Pues nada.» «No puede ser, más de algo debe haber de nuevo.» «Qué te diré.»
Y así, vez tras vez, mes tras mes, año tras año.
Por eso, quiero compartir contigo 3 lecciones que estoy aprendiendo en esta temporada de mi vida.
Humildad.
Agradecimiento.
Disciplina.
La humildad es la capacidad de aceptar el pasado y el presente. Sea cual sea, por mucho que se quiera, el presente y pasado no se pueden cambiar. Humildad es aceptar la realidad.
Con el agradecimiento, más que estar es ser. Ser agradecido va de la mano con la humildad. Ser agradecido es el sello de garantía de que se aprendió la lección. El agradecimiento es el antídoto para la insatisfacción.
La disciplina aplicada a todo. El trabajo, la salud, el descanso, los pasatiempos, en fin. Todo en la vida requiere disciplina. La disciplina es el respeto por el tiempo. Es dedicarle el tiempo a algo porque lo merece.
¿Alguna vez te has sentido que una actividad te hace perder el tiempo? ¿Ver televisión quizás? ¿o pasar mucho tiempo viendo nada en el celular?
A mi me pasa.
Me pasó con el hábito de la lectura.
Llegó un momento en que pensé que lo que leía debía tener una lección, debía leer para educarme y saber más. Debía leer algo que me hiciera crecer. Debía leer para luego escribir.
Hasta que me cansé.
Y fue allí donde descubrí que es necesario ese momento de “no hacer nada” y no sentirse mal por eso.
Mientras leía un libro sumamente enriquecedor, revelador y de mucha ayuda, reconocí que me estaba cansando de leer. Por supuesto que no quería dejar el libro a medias, me había costado algo de dinero conseguirlo, pero la lectura estaba siendo más una carga que un placer.
Por supuesto que terminé el libro, pero con una actitud de “¡que ya termine esto por favor!”.
Me tardé 9 semanas en leer ese libro. Y terminé agotado mentalmente. Incluso con temor de tomar el siguiente y que fuera de igual de cansado.
Así que leí una novela de ficción.
Si, un libro de puro y simple entretenimiento.
Al empezar los primeros párrafos me descubrí interesado, alegre y motivado.
Leía hoja tras hoja con entusiasmo. Tomaba cualquier momento para avanzar en la lectura. Quería llegar a un lugar tranquilo para leer. Mientras esperaba en una cita, o iba en sentado en el bus. Mientras desayunaba solo. Me devoré el libro.
¡Lo terminé en 6 días!
6 días en los que le di descanso a mi mente y le permití ser entretenida.
6 días en los que disfruté la emoción de “¡y ahora qué va a pasar!”.
6 días en los que no aprendí nada…aparentemente.
Pero en esos 6 días aprendí que vale la pena disfrutar del entretenimiento. No todo es aprender. No siempre tengo que subrayar una frase. No siempre debo sacar una lección de vida.
Esos 6 días fueron un oasis.
Y como ya sabrás, me gusta escribir. Esos 6 días aprendí técnicas de escritura del autor de la novela. Me emocioné saber que puedo ponerla en práctica.
Así que, después de esos 6 días, estoy listo para mi siguiente libro: Hábitos Atómicos. Puedes seguir mi reto de lectura en Goodreads.
Déjame un comentario si quieres que te recomiende la novela que leí y cuéntame tu cómo oxigenas tu mente de tanto aprender.
Estamos llegando al final del 2023. Un año con retos diarios, algunas derrotas y más victorias.
Para mi especialmente, representó un año de crecimiento personal. Por ejemplo: empecé a estudiar mi carrera profesional a los 45 años, luego de posponerla por más de 24 años. Otra victoria es la constancia en escribir en este blog. A la fecha, publiqué 18 entradas, un promedio de 1.5 artículos por mes.
Recientemente logré algo que, desde que tengo memoria, nunca había logrado: leer un libro en 1 día.
Sí había leído libros en poco tiempo, como los libros de Dan Brown “El código Da Vinci” y “Ángeles y Demonios”, pero nunca uno en un día. Claro, es un libro pequeño, sin embargo, me dejó grandes lecciones para poner en práctica y disfrutar de los beneficios de ser disciplinado.
Se trata del libro “No te comas el marshmallow…todavía” de Joachim De Posada y Ellen Singer, que trata sobre “el secreto para conquistar las recompensas más dulces en la vida y el trabajo”.
El libro se basa en el estudio del doctor Walter Mischell que se realizó en la década de 1960 en la Universidad de Standford, donde a varios niños de 4 años se les pidió esperar 15 minutos solos con un marshmallow enfrente. No debían comérselo. Si no se lo comían, al regresar el adulto, les daría 1 más, si se lo comían, no le daría nada.
La idea principal era comprobar la capacidad para retrasar la recompensa para tener una mayor en el futuro o simplemente disfrutar del momento sin tener una recompensa para el futuro. 2 de 3 niños se comieron el marshmallow antes de los 15 minutos.
Y como el tema del crecimiento personal me apasiona, quiero compartir contigo las lecciones que me dejó este libro.
Cuando hemos perdido todo y lo volvemos a obtener, el miedo de volver a perder todo puede ser un factor determinante en éxito o fracaso, según lo sepamos manejar.
“Si sabes, pero no actúas, no sabes. Así de sencillo.”
Joachim De Posada
Posponer la gratificación tiene una mejor aceptación si se enseña desde temprana edad.
Los que resisten a comerse los marshmallows tienen mayores oportunidades de ser exitosos.
“La habilidad de posponer la gratificación por voluntad propia es un buen indicador para el éxito futuro.”
Joachim De Posada
Muchas veces buscamos la gratificación instantánea en vez de practicar la paciencia para algo mayor en el futuro.
“Los triunfadores no rompen sus promesas.”
Joachim De Posada
Debemos pensar a largo plazo, en lo que aún no se ve, a diferencia de concentrarse en lo visible del presente.
Debemos aprender a beneficiarnos de la disciplina y el uso inteligente del poder.
Practicar la disciplina requiere de mucha fuerza de voluntad, pero la recompensa es mucho mayor que el esfuerzo.
Dar el ejemplo nos convierte en personas dignas de ser imitadas, podemos persuadir por medio del ejemplo.
Para triunfar debo tomar decisiones y hacer sacrificios que los demás no están dispuestos a realizar.
El éxito no depende de tu pasado, pero sí de las decisiones del presente para hacer lo que se debe en el preciso momento.
“¿Qué esto dispuesto a hacer hoy para triunfar mañana?”
Joachim De Posada
No importa a lo que nos dediquemos, todos estamos en el negocio de conectar con las personas.
Para triunfar como comunicadores debemos cautivar su imaginación para luego cautivar su corazón.
No puedes ahorrar lo que te acabas de gastar.
La clave para vivir en paz es tener objetivos claros, una actitud correcta y un plan de acción ejecutable.
No solo se trata de abstenerse de disfrutar, sino de disfrutar en el momento correcto.
Necesitamos reconfigurar nuestras prioridades para prepararnos para el éxito.
El cambio se verá poco a poco.
Debemos procurar ahorrar mucho en vez de gastar mucho.
Disfruto hoy y necesito mañana, o ahorro hoy y disfruto mañana.
El verdadero costo de algo no es el dinero que cuesta, sino la riqueza que se pierde si se multiplica con el paso del tiempo.
La clave del éxito es tener la capacidad de disfrutar sin devorar.
Si encontramos el equilibrio entre los deseos actuales y los futuros seremos personas de éxito.
El éxito verdadero se consigue con paciencia y perseverancia.
De esta lectura aprendí que debo tener un plan para generar una recompensa mayor a la que puedo tener si opto por la gratificación inmediata. No es que no disfrute, pero puedo disfrutar más y mejor si me esfuerzo por hacer crecer mi recompensa. Es decir, dejar de comerme el marshmallow hoy para comerme dos mañana; dejar de comerme un pequeño marshamallow hoy para comerme uno más grande mañana; ahorrar dinero hoy para tener más mañana. Negociar un poco más ese trato hoy para tener mejores ganancias mañana.
¿Qué marshmallow puedo dejar de comerme hoy?
¿Qué marshmallow quiero comerme en el futuro?
Comparte en los comentarios qué te pareció este resumen y me ayudarías mucho si lo compartes en tus redes sociales.
Hemos escuchado que estar consiente de necesitar cambiar es tener el 50% de la batalla ganada. Y aunque en cierta parte es cierto, también es cierto que muchas veces nos quedamos estancados en ese único avance de conciencia.
Estar consciente de algo sí es un avance, pero puede representar un estado de ilusión. Decir “sé que debo cambiar” es, a mi parecer uno de los estados más peligrosos del ser humano, porque puede llevar a años de estancamiento. Es decir, hemos avanzado del escalón 0 al escalón 1, pero no hemos seguido avanzando.
Es típico escuchar frases como «sé que debo ejercitarme más», o «sé que debo mejorar mi dieta»; y regularmente esas frases vienen seguidas de un “pero”.
«Sé que debo ejercitarme más, pero no tengo tiempo» decimos. O «Sé que debo mejorar mi dieta, pero no creo que pueda dejar de comer ciertas cosas». Y así, vivimos en el escalón 1 por tanto tiempo que nos acomodamos y decimos estar “conscientes” de nuestra situación…pero.
¿Hace cuánto tiempo has estado en el escalón 1? Y ¿en qué áreas de tu vida has estado allí?
Peligros de estar en el Escalón 1
Lo peor de estar mucho tiempo en el escalón 1 es que sabemos cómo llegamos allí y sabemos qué se necesita para seguir al escalón 2, pensamos que hemos avanzado tanto como para darnos por vencidos, pero creemos que carecemos de lo que se necesita para continuar. Regularmente le atribuimos la culpa a algo externo como el tiempo, los recursos o las demás personas. Casi nunca nos abrogamos la responsabilidad de nuestro estancamiento.
Si lo hiciéramos quizás saldríamos de esa burbuja y nos daríamos cuenta de que podemos avanzar.
Estar mucho tiempo en el escalón 1 nos da una falsa sensación de avance. Ya no estamos en 0 y justificamos ese paso como “estar avanzando”, cuando en realidad nos hemos estancados.
Estar mucho tiempo en el escalón 1 nos drena nuestras energías. Nos tomó tanto llegar allí que creemos que ya no tendremos fuerzas para continuar, cuando en realidad es todo lo contrario. Sí podemos seguir adelante.
¿Qué se necesita para avanzar al siguiente escalón?
Para avanzar al siguiente escalón se necesita valor. Valor para responder a la pregunta ¿Quiero avanzar? Esta respuesta no puede llevar un “pero”, no debemos darles espacio a las excusas. Es un SÍ o un NO. Si la respuesta es sí, ya sabes los pasos que debes seguir, las cosas que debes cambiar y aquellas acciones que debes tomar para dar el siguiente paso.
Para avanzar al siguiente escalón también se necesita actitud. Debemos salir de ese estado mental negativo y vivir en el positivo. No un positivismo ilusorio, porque ese es el que nos ha mantenido estancados, sino en el positivo real. Ese que nos indica nuestras debilidades, pero también nuestras fortalezas.
Otro elemento que necesitamos para avanzar al siguiente escalón es dirección. Quizás sea irónico, pero sí necesitamos dirección para avanzar porque de otra manera, sin ella, ese avance sería sin propósito y una pérdida de tiempo y esfuerzo. La dirección es la ruta que nos llevará a lograr los objetivos por lo cuál empezamos a avanzar cuando estábamos en el escalón 0.
Una vez retomamos el valor, el ánimo y la dirección, el siguiente elemento que nos llevará a generar momentum es la determinación. Esta es la capacidad de seguir adelante a pesar de lo difícil que se haga el camino. La determinación está ligada al anhelo de victoria, al sueño original, al deseo de cambio. Esta debe ser nuestro acompañante diario para seguir avanzando.
Así que, ¿hace cuánto tiempo has estado en el escalón 1? Y ¿en qué áreas de tu vida has estado allí?
Con valor, ánimo, dirección y determinación puedes salir del escalón 1 y seguir avanzando en la escalera hacia el éxito.
Recientemente me compré un libro, producto de un regalo del día del padre que una de mis hijas me hizo. Once anillos, de Phill Jackson, el famoso entrenador de los impresionantes Chicago Bulls de Michael Jordan.
Las lecciones de liderazgo plasmadas en este libro resuenan en mi mente como martillo en una construcción. Phill comparte su recurrido como jugador de la NBA y posteriormente como entrenador. Nos da una vislumbre de sus inicios, de cómo su vida fue forjada por su caminar espiritual y su crecimiento personal y de liderazgo.
A continuación, te comparto algunas lecciones aprendidas de las primeras páginas leídas.
Lecciones de liderazgo de Phill Jackson
La importancia de alejarse del egoísmo.Cuando un grupo de personas trabaja unido, cerrando sus filas para impedir que el individualismo crezca más que el equipo, los resultados son impresionantes.
Amar y pelear requieren de la misma pasión.
Saberse muy buenos nubla la visión y provee una ilusión de la realidad.
“El mejor enfoque siempre es el más simple.” Regularmente creemos que los análisis más sofisticados y las planeaciones más complejas llevan a un resultado más certero, cuando es posible que en la simplicidad se pueda alcanzar el éxito.
Ser genuino es mejor que ser exitoso. Hablar desde el corazón casi siempre resulta en terminar rodeado de personas, contrario a tener la razón a costa de relaciones fragmentadas.
Como líder el trabajo es “ser cuidador de la visión del equipo”.
La unidad y armonía no se pueden lograr con la imposición y autoritarismo, sino con la inspiración.
Las personas son atraídas hacia los límites para tratar de superarlos, mientras más distantes los límites, más libertad y por consiguiente más capacidad de desarrollo.
Renunciar a la oportunidad de sobresalir individualmente produce para el equipo una mayor oportunidad de llegar más lejos.
Liberar la mente del problema, despejarse y desconectarse puede resultar en mejores soluciones.
“Obsesionarse con ganar es el juego de los perdedores.”
El exceso de competitividad puede desenfocar la mente y desconectar el corazón de lo que verdaderamente importa.
El liderazgo provee una sensación de poder, sensación pasajera que se combate con compartir el poder de decisión en el equipo.
¿Cuál de estas ideas te hacen sentido? ¿Cómo las puedes poner en práctica?
Seguiré leyendo el libro y compartiré lo que vaya aprendiendo.
Todos tenemos 24 horas, pero ¿por qué pareciera que a muchos les abunda más el tiempo?
La necesidad de ser productivos, muchas veces, nos desequilibra. Empezamos a usar el tiempo de algo más y lo invertimos en lo que creemos que es más importante. Iniciando así una espiral hacia abajo que pareciera que nunca terminará.
Una de las mentiras más grandes que nos hemos creído es que podemos administrar el tiempo. El tiempo no se puede administrar porque simplemente pasa. Cada segundo, cada minuto, cada hora pasa a su velocidad establecida. No se puede adelantar, no se le puede poner pausa, no se puede retroceder.
Quien sí se puede administrar es el ser humano. Nosotros sí podemos ordenarnos, priorizar tareas, hacer lo que toca en el momento adecuado.
Así que, si tu continuamente deseas tener más tiempo, los siguientes consejos te ayudarán.
10 consejos para aprovechar al máximo tu tiempo y alcanzar tus objetivos de manera más eficiente
Consejo 1 «Conócete a ti mismo»
La importancia de conocer tus propias preferencias y ritmos naturales es importante. No solo conocer las fortalezas, sino las debilidades y más importante aun, reconocerlas, te encaminará en el rumbo correcto para aprovechar mejor el tiempo. Aprender a identificar tus momentos de mayor energía y concentración para aprovecharlos al máximo será esencial.
Consejo 2: «Establece metas claras»
Definir el rumbo y el destino; de eso se trata tener metas claras y específicas. Hacer esto ayuda para orientar tus esfuerzos y priorizar tus tareas diarias de manera efectiva.
Consejo 3: «Haz una lista de tareas»
Por muy sencillo que parezca, hacer una lista de tareas es de vital importancia si quiere terminar tu día, tu semana o tu mes con la frente en alto. Utiliza diferentes técnicas de organización, como la regla del 2-minutos y la regla de los 4 cuadrantes, para optimizar tu lista y mantener el enfoque en las tareas importantes.
Consejo 4: «Establece prioridades»
Establece estrategias para identificar y establecer prioridades adecuadas en tus actividades diarias, ayudándote a enfocarte en lo más importante y evitar la dispersión.
Consejo 5: «Practica la técnica Pomodoro»
Utiliza la popular técnica Pomodoro, que consiste en dividir el tiempo en bloques de trabajo concentrado y descanso programado, para maximizar la productividad y mantener altos niveles de concentración.
Consejo 6: «Aprende a delegar»
Descubre la libertad que te da delegar tareas de manera efectiva, confiando en otros y liberando tiempo para actividades más importantes.
Consejo 7: «Evita las distracciones»
El consejo #1 está vinculado con este consejo, conocerte a tí mismo. Analiza las principales distracciones modernas, como las redes sociales y las notificaciones para evitarlas y mantener el enfoque en tus tareas prioritarias.
Consejo 8: «Gestiona tu tiempo digital»
Aunque hemos dicho que no podemos gestionar el tiempo, decice cuánto tiempo es el adecudo para atender correos electrónicos, mensajes y otras actividades digitales para evitar que consuman demasiado tiempo y afecten tu productividad.
Consejo 9: «Aprende a decir ‘no'»
Explora la importancia de establecer límites y aprender a decir «no» a actividades y compromisos que no son prioritarios, permitiéndote tener más tiempo para enfocarte en lo que realmente importa.
Es importanre destacar la relevancia del autocuidado y cómo reservar tiempo para el descanso, la relajación y las actividades que te brindan placer puede aumentar tu productividad general y mejorar tu calidad de vida.
Conclusión
El tiempo es un recurso invaluable que todos tenemos en igual medida. Sin embargo, para aprovecharlo al máximo y alcanzar nuestros objetivos de manera eficiente, debemos aprender a gestionarlo adecuadamente. Mediante la aplicación de los consejos compartidos, como conocer nuestras preferencias, establecer metas claras, priorizar tareas y evitar distracciones, podemos mejorar nuestra productividad y lograr un equilibrio entre nuestras responsabilidades y nuestro bienestar personal. Recuerda que el tiempo no se puede detener, pero sí podemos aprovecharlo de manera inteligente y consciente para vivir una vida más satisfactoria y lograr el éxito que buscamos. ¡Empieza hoy mismo a implementar estos consejos y experimenta el poder de una gestión efectiva del tiempo!
¿Cuál te pareció más acertado? ¿Cuál ya estás poniendo en práctica y cuál quisieras empezar a experimentar?
Uno de mis pasatiempos favoritos es ver documentales de naturaleza, especialmente los que tengan que ver con acciones de alto rendimiento, quizás por mi fascinación por los deportes extremos.
Nunca olvidaré cuando a los 10 años subí el Volcán de Agua que está a 3,766 metros sobre el nivel del mar. Recuerdo la noche fría, el cielo despejado y la luz de la luna alumbrado el camino. Fue una experiencia extraordinaria.
Otra cosa que también disfruto es escuchar conferencias de desarrollo personal y recientemente estuve en una charla impartida por Néstor Ochoa, exitoso conferencista internacional, coach personal, consultor empresarial, entrenador de alto impacto experto en liderazgo, ventas, negociación y comunicación efectiva.
Estas son las ideas que más me llamaron la atención:
“Si te subes en el primer piso del elevador solo puedes ir para arriba. Si te subes en el último piso, solo puedes ir hacia abajo. Procura siempre empezar desde abajo.”
“A donde quiera que llegues y llegues erguido, con la espalda recta, con una sonrisa; las personas sabrán que llegó un líder.”
“Estudios indican que 95% de lo que hacemos lo realizamos de manera inconsciente y solo 5% de manera consciente.”
“Los sentimientos son el resultado de mis pensamientos.”
“No es lo que sé, sino lo que aplico de lo que sé lo que me da poder.”
“En 2 minutos podemos transformar el entorno a donde llegamos, según sea nuestra actitud. ¿Cómo estás afectando tu entorno?”
“Las cosas se pueden ver como el final o el inicio. Una crisis, una enfermedad, una promoción.”
“Preferimos quejarnos antes de transformar nuestra actitud.”
“No hay nada que puedas transformar si antes no has transformado tu creencia. ¿Qué crees?”
“Cuando transformo mi creencia transformo mi pensamiento.”
“Si transformo mi pensamiento por ende cambia mi sentimiento.”
“Carácter es mi capacidad de auto control.”
“Carácter es la huella que dejamos en otros a través de nuestras acciones.”
“Visión es mi capacidad de ver con mi mente lo que otros no pueden ver con sus ojos.”
“La visión de me da enfoque.”
“Valentía es actuar a pesar del miedo.”
“Influencia es la única manera de cambiar el entorno.”
Estas frases son las que más me impactaron. Tengo mucho qué aprender y poner en práctica, ya que estoy continuamente en un proceso de crecimiento.
El desarrollo personal es un proceso fundamental para alcanzar el éxito y la satisfacción en la vida. A través de este camino de crecimiento y autodescubrimiento, podemos mejorar nuestras habilidades, fortalecer nuestras fortalezas y superar nuestras debilidades.
El desarrollo personal nos permite ampliar nuestra perspectiva, fomentar la conciencia de nosotros mismos y del entorno que nos rodea, y cultivar una mentalidad positiva y proactiva. Además, nos brinda la oportunidad de establecer metas claras, adquirir nuevas habilidades y conocimientos, y fomentar un sentido de propósito y dirección en nuestras vidas. Desarrollarnos personalmente nos empodera para tomar el control de nuestras vidas, enfrentar desafíos con resiliencia y crecer como individuos en todos los aspectos, ya sea a nivel personal, profesional o emocional.
Así que, invertir en nuestro desarrollo personal es una inversión en nuestro propio bienestar y en la capacidad de alcanzar nuestro máximo potencial.